Por lo general se asocia el consumo de vinos espumosos con celebraciones y ocasiones especiales en las que brindar para festejar algún acontecimiento o fecha señalada y como colofón a una gran comida o cena.
Pero no tiene por qué ser así, los espumosos gallegos pueden acompañar perfectamente, como cualquier otro vino, a cualquier comida o cena. Desde Valtea, te daremos las claves para acompañar con éxito tus platos con un vino espumoso. ¡Toma nota!
Cómo maridar los vinos espumosos
Maridan con casi cualquier tipo de alimento por lo que pueden disfrutarse en cualquier momento. Al tratarse de vinos ligeros, que maridan con cualquier tipo de plato de carne o pescado, los vinos espumosos son una opción cada vez más frecuente en el consumo diario.
No solo para el aperitivo, momento para el que es una bebida idónea por su frescor y ligereza, sino durante toda la comida. Esto se debe a que los vinos espumosos tienen un equilibrio perfecto de sequedad y burbujas que enriquecen cualquier experiencia gastronómica.
Contrariamente a lo que podemos pensar, los vinos espumosos combinan bien con comidas más fuertes o grasas ya que el efecto carbónico de este tipo de bebidas estimula los sabores sin aportar gas.
Esto es debido a que las burbujas de los espumosos gallegos se producen de forma natural, en una segunda fermentación en botella, no añadiendo el gas carbónico de forma artificial. Este proceso hace que estos vinos espumosos tengan una burbuja pequeña, suave y uniforme que aporta cremosidad a la boca y libera las papilas gustativas potenciando el sabor de estos platos más densos.
Qué factores debes tener en cuenta en el maridaje de vinos espumosos
Un buen maridaje se consigue al combinar alimentos y bebidas de forma que se consiga un equilibrio de sabores. El maridaje puede tener dos formas:
- Maridaje por complementación: en la que los sabores de los alimentos y la bebida armonicen y se acompañen perfectamente.
- Maridaje por contraste: se combinan de forma que el sabor de los alimentos potencien los matices del espumoso.
Los vinos espumosos, al tratarse, como decíamos, de vinos ligeros y secos, tienen una gran versatilidad a la hora de acompañar nuestras comidas. Su equilibrado grado de acidez, su frescor y la presencia del gas carbónico hacen que este tipo de vino tenga una gran sintonía con gran variedad de alimentos. Se trata, sin lugar a dudas, de una bebida comodín.
Los espumosos maridan perfectamente con pescados, mariscos, quesos, foie, carnes blancas y de pluma pero también con alimentos más grasos como el jamón ibérico. Debemos evitar, sin embargo, platos con un aroma fuerte (vinagre, curry, picantes, pimentón…) ya que estos aromas pueden afectar a la sutileza de este tipo de vinos.
Los vinos espumosos Brut o Brut Nature, maridan a la perfección con platos salados, platos ácidos o amargos, ya que el efecto carbónico del espumoso beneficia los sabores amargos (como los espárragos o endivias) e incluso con los sabores ácidos, aunque como ya comentamos hay que evitar los platos con mucho vinagre.
Las aves en general maridan bien con los espumosos al igual que las carnes blancas, cuyo sabor suave acompaña de maravilla la degustación de un buen espumoso gallego.
¿Y de picoteo, por qué no? Un buen espumoso gallego es un vino perfecto para servir junto con tapas, quesos o jamón ibérico o unas simples patatas fritas.
5 platos para maridar con vinos espumosos
Algunos ejemplos de platos con los que podemos acompañar nuestros espumosos, Valtea Brut Nature y Valtea Brut Nature Cuveé Especial, durante estas fiestas:
1. Blinis de salmón ahumado con huevas de trucha: Las blinis son una masa esponjosa y tierna que en Rusia se utiliza para acompañar el caviar. Nosotros proponemos acompañarlo con salmón ahumado y huevas de trucha, un bocado lleno de sabor que acompaña y equilibra los matices de nuestros espumosos gallegos.
2. Coca de verduras y ventresca: La coca es una masa salada y crujiente que suele acompañarse de verduras asadas (pimiento rojo, cebollas, berenjena, …) que coronamos con un fino filete de ventresca en aceite de oliva.
3. Almejas a la sartén: Las podemos cocinar con vino espumoso y un toque de guindilla (pero sin pasarse para no ocultar el sabor a mar de este molusco).
4. Chuleta de cerdo ibérico relleno con salsa de ciruela: Como ya vimos la carne blanca marida perfectamente con el vino espumoso, en esta ocasión aconsejamos un plato de chuleta de cerdo ibérico relleno de una mezcla de quesos y frutos secos y acompañado de una salsa semi dulce de ciruela.
5. Paulova con frutos rojos y chocolate negro: Y para terminar un clásico de los postres, la Paulova pero con virutas de chocolate negro (no muy fuerte) y frutos rojos que aportan acidez al postre para compensar el dulzor del merengue. Los vinos espumosos también son perfectos para acompañar los postres ya que el efecto carbónico matiza y reduce el sabor dulce de estos platos.