Durante el año, las bodegas implementan diversas técnicas destinadas a preservar la salud de los viñedos, siendo la poda de la vid una de las prácticas esenciales para potenciar la calidad de la uva.
En el contexto de las Rías Baixas, zona donde se ubica nuestra bodega, se llevan a cabo diferentes tipos de poda que favorecen el crecimiento óptimo de la uva albariño, contribuyendo así a la producción de los mejores vinos de esta variedad.
La importancia de la poda de la vid
La poda es un proceso de cuidado de la vid fundamental para su desarrollo, y puede determinar la calidad y cantidad de fruto que se obtiene durante la esperada vendimia.
Cuando limitamos la cantidad de racimos, la vid puede concentrar sus recursos en un menor número de frutos, mejorando así su calidad. Además, permitirá que la vid tenga una exposición al sol adecuada, contribuyendo a una maduración uniforme.
Por otro lado, independientemente del tipo de poda que se lleve a cabo, esta contribuye a una mejor circulación de aire, por lo que ayuda a prevenir plagas.
Tipos de poda en las Rías Baixas
Prepoda
Antes de iniciar el proceso de la poda, se puede realizar la “prepoda” con el objetivo de facilitar y agilizar el proceso siguiente. Esta consiste en eliminar ciertas partes de la planta antes de que comience la temporada de crecimiento activo.
Se cortan los brotes de forma rudimentaria, eliminando el exceso de crecimiento y reduciendo la cantidad de material vegetal que necesita ser manejado durante la poda. Esto facilita el trabajo posterior y evita que la planta se vuelva demasiado densa.
Poda en formación
Este tipo de poda de la vid tiene como objetivo establecer la estructura básica de la planta, guiando su crecimiento de forma que se produzcan frutos de calidad. La uva albariño tiende a crecer en racimos compactos, por lo que esta poda ofrece una ventilación necesaria alrededor de los racimos.
En las Rías Baixas, se realiza esta poda durante el invierno o inicio de la primavera. Con ella, se establece un equilibrio entre el número de yemas y el potencial de producción de la vid. De esta forma, influimos en la cantidad y la calidad de los racimos de uva que la vid puede generar.
Poda de saneamiento
El objetivo principal de este tipo de poda de la vid es mantener su salud y prevenir la propagación de enfermedades. Por eso, se centra principalmente en la eliminación de partes del viñedo que están dañadas, enfermas o muertas.
Tras retirarlas, se cortan las áreas sanas con la herramienta de poda limpia y desinfectada. Se eliminan brotes bajos, hojas y restos del alrededor de la base del tronco para prevenir la proliferación de patógenos del suelo y se realiza una inspección cuidadosa.
La poda de saneamiento reduce la necesidad de aplicar tratamientos fitosanitarios, promoviendo de esta forma unas prácticas más sostenibles y respetuosas con el medio ambiente.
Poda de rejuvenecimiento
Con este tipo de poda se busca revitalizar los viñedos viejos o envejecidos. Esta técnica implica una poda más drástica que las anteriores, con el objetivo de estimular el crecimiento de nuevos brotes vigorosos y saludables.
Con el tiempo, las vides pueden desarrollar una estructura de ramificaciones desordenadas y envejecidas. Los viñedos en estas condiciones pueden suponer una disminución de la producción, una falta de calidad y son más susceptibles a enfermedades.
Tras la poda de rejuvenecimiento, es importante monitorear el crecimiento de la vid y ajustar la poda según las necesidades que presente.
Poda de invierno
Cuando las vides están en estado de reposo vegetativo, se lleva a cabo la poda de invierno. Con este tipo de poda, buscamos darle forma a la vid, regular su crecimiento, controlar la carga de frutos y preparar la planta para la próxima temporada de crecimiento.
El objetivo es evitar que la vid crezca excesivamente vigorosa y conseguir equilibrar la relación entre el crecimiento vegetativo y la producción de uvas.
Por otro lado, la poda de invierno estimula la formación de nuevos brotes y yemas, por lo que se garantiza la presencia de madera joven y productiva en el viñedo.
Poda en Verde
La poda verde se realiza de forma complementaria a la poda de invierno en los primeros meses de la primavera.
Este tipo de poda de la vid se lleva a cabo con el propósito de potenciar la exposición solar de los racimos de uva. En el caso específico de la uva albariño, una adecuada radiación solar resulta crucial para el desarrollo de sabores y la maduración, influenciando la concentración de aromas y azúcares.